Mi joroba es gigantesca
se ve
a mil kilómetros
de distancia, semeja
un cerro
una montaña
rusa
la cuenca inversa
de tus senos
-o de tu sonrisa-;
la curvatura
de una carretera
peligrosa, una víbora
tratando de escapar
de ti.
Cuasimodo, un camello
me envidiarían.
Cuauhtémoc Blanco
también.

Deja un comentario