Luna
apenas ayer evoqué tu nombre
y hoy te has ido
al lugar al que todos estamos
destinados; ya brillas
más fuerte que los astros
tus ojos
cerrados, Nanami
tal como los de la luna que llevas
tatuada
en una de tus manos
me miran hoy
parecen mirarme
parecen decirme
que todo estará bien
a partir de ahora
tu sonrisa
se dibujará eternamente
en ese rostro inalcanzable
la misma luna nunca será
tan bella
ni sacudirá tantos mares
ni provocará tantas olas ni cambios hormonales
alguna vez dijiste
que escribía historias como si las escribiera para ti
hoy no podrías tener más razón
mujer de inteligencia inagotable
gracias
por la oportunidad de conocerte
un instante
el equivalente a la mitad de tus días
en esta Tierra infame
gracias
por permitirme encontrarte
y charlar
escuchar música -tú me enseñaste
Cigarettes After Sex-
y mirarte
agregar unos segundos
que ahora son invaluables
a mi lista de momentos gratos
de esta existencia de repente inexistente;
cuánto lamento
no haber compartido contigo
la boda del cazador de ballenas
jamás pude pedirte
disculpas
-y eso que soy experto en la materia-
por lo que hoy te ruego me perdones
te lo ruego aquí, ahora que ya no puedes
responderme;
sé que puedes
escucharme
que iluminarás mis pasos
todos los días
cada que llegue la noche
cada que llegue a casa y te observe
al mirar allá arriba
donde has reinado
desde siempre.

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