Veo una película en la que Hemingway
escribe de pie, durante horas,
reportajes y novelas; una excentricidad propia
de escritores como él.
Ella mira la película a mi lado
juntos, los dos, en la madrugada
cubiertos, en gran parte, por una cobija rosinegra con un león bordado
al frente.
Una excentricidad propia de escritores como nosotros.