¿Te has fijado cómo 
cuando ladran los perros de azotea 
en realidad piden auxilio y buscan 
llamar tu atención?

Quieren que los bajes,
que los liberes para no servir más 
a su dueño
que los patea y los tiene
sin comer,
sin beber,
atados
ahí arriba
bajo el cielo.

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