Por Fernando Pessoa*
Soy el negativo absoluto, la encarnación de la nada. Lo que se desea y no se puede obtener, lo que se sueña porque no puede existir, ahí se encuentra mi reino vano y ahí está establecido el trono que no me fue otorgado. Lo que podría haber sido, lo que debería haber existido, lo que la Ley o la Suerte no me concedieron, lo arrojé a manos llenas al alma del hombre, y esta se perturbó al sentir la vida viva con lo que no existe. Soy el olvido de todos los deberes, la incertidumbre de todas las intenciones. Los tristes y los cansados de la vida, tras despertar de la ilusión, alzan la mirada hacia mí, porque yo también, a mi modo, soy la Estrella Brillante de la Mañana. ¡Y hace tanto tiempo que lo soy!
*Fragmento de su relato La hora del diablo.
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