Si miras bien,
más allá del río que traslada aguas negras en su cauce,
más allá del óxido que ha convertido en ruinas esta construcción,
más allá del crimen y la muerte inexpugnables
que nos acechan
podrás apreciar el alma ennegrecida
de esta triste tierra
condenada a ser bastarda, vacía,
y que nadie más ha querido mirar
por repulsión.
No habrá recompensa después de eso, es cierto
salvo aquel pequeño destello de luz
que persiste y pareciera suficiente para abrirse paso
en nuestro cielo distraído
donde no es posible mirar
a plenitud.
Deja una respuesta