En memoria de Pablo Martínez Lozada
Para Auro y Luna
Espero tener menos pena
al amanecer, y que el sol amaine
el dolor, que haga lo suyo: iluminar
nuestras almas, pensé
antes de ir contigo, admirado Pablo querido,
para despedirme
de ti.
Miré tus fotos, como nunca antes
mientras de fondo sonaba la canción
apropiada; tú, pensé, un melómano empedernido,
cocinero como pocos; esposo entregado,
padre único, te agradezco el haber compartido
todo tu amor
y por lo menos una,
dos
tres veces
la mesa conmigo; también la música,
las carcajadas,
el vino.
No serían las palabras,
de las cuales eras erudito,
nuestro mayor vínculo, sería la fuerza
del metal pesado -de Sepultura, Motorhead, Slayer, Judas
lo que nos acercó como el canto
de viejos clásicos del pop ochentero
entonados sin pena (y a todo pulmón)
al final de una fiesta (muy divertida)
de la que hoy te retiras y de la que nadie espera
que te vayas
de la que nadie espera
que te hayas ido.
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